Travesía a Altea ( Julio 2010)

Mi socio Juan y su chica, Pura, habían pensado pasar unos días con el Chitra en Altea, para ello cuadramos fechas y realizamos una mañana de agosto sobre la siete una travesía que duraría unas ocho horas ( en el Chitra todo tarda unas ocho horas). Como era de esperar cuando uno  mira el parte y prevé viento, pues eso no hubo viento y fuimos a motor todo el día.


Lo pasamos bien, acercándonos a costa para verlo casi todo:
Cabo San Antonio, La Nao, la Cueva del Órgano, La Cala de la Granadella, las pesqueras en los acantilados, el portixol, la bahía de Javea, La Torre del Émbolo, etc. hacer muchas fotos y disfrutar de un día “sin viento” y con mucho sol.


Juan con valor y “desconocimiento u olvido” tenía el curricán lanzado en toda la reserva marina del Cabo de San Antonio, con dos co….es. Menos mal que cuando vimos acercarse el barco patrulla de la Generalitat hacia nosotros, tuvimos la ligera idea de que, a lo mejor, ahí ¡no se podía pescar!, y muy hábilmente Juan como un mago cortó el sedal y tiro la caña a la bañera al tiempo que saludaba y sonreía a los “guardianes”.
Que sepáis que NO SE PUEDE PESCAR EN UNA RESERVA, desde aquí pedimos disculpas por nuestra ignorancia (nos alegramos de no haber pescado nada).
El náutico de Altea, muy bien, nos dieron un amarre bueno y los servicios según Juan y Pura: estupendos. Vamos que me dio envidia “sana” no haber pasado con mi mujer algún día en Altea.


En el regreso Juan fue “pachucho” y Pura tomando el sol. Todo muy tranquilo hasta que doblamos el Cabo de San Antonio a las tres de la tarde, empezó la “enbata” y solo con el génova y mi Chitra alcanzaríamos la no desdeñable velocidad de ocho nudos, surfeando las olas con la mar entrando por la popa. Y arribamos a Oliva sin novedad.

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