Así es que nos dimos un “homenaje” culinario en forma de almuerzo, al solecito y disfrutando de la estupenda terraza del Náutico. Por supuesto, al terminar no pudimos aguantarnos sin salir a la mar, aunque fuera a motor y hacerle un lavado de casco a mi Chitra. Sin comentarios, basta ver la cara de satisfacción de mi padre en la foto.
Los contratiempos no han de servirme de impedimento, sino de empuje, como la nave a los vientos.
Primer almuerzo de 2012
Domingo 8 de enero, después de las fiestas navideñas y de estar un mes sin navegar, fui con ganas de “felicitar el año” a mi Chitra y junto con mi padre darnos una mañana de navegación: el día era espléndido; lucía un sol radiante, sin una sola nube. Pero todo no puede ser, y la ausencia de viento fue total durante toda la mañana.
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