Sábado 22 de septiembre, mi padre y yo decidimos salir a navegar un rato, ya que hacía un buen día para él (tiene 81 años!!!): poco viento y mar llana. Salió de puerto y gobernó el barco un buen rato disfrutándolo.
Cuando entró un poco de térmico decidí izar velas y dejar de escuchar el ruidoso motor. Otro buen rato con mi padre, me hacía falta desconectar un rato y olvidarme de las preocupaciones del trabajo.
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